No es lo mismo: La diferencia entre la Literatura Gay y el BL/Yaoi, y su compleja relación

¡Hola de nuevo! Si el otro día hablábamos de la representación de las mujeres trans, hoy quiero que toquemos otro tema. Uno que a menudo genera confusión, debates y, seamos honestos, algún que otro malentendido incómodo.

Hablemos de la Literatura Gay y el Boys Love o Yaoi.

¿Son historias de dos hombres enamorándose? Sí. ¿Son lo mismo? Definitivamente no. Y confundirlos perjudica a ambas partes.

Para entender por qué no se deben mezclar, primero hay que mirar la raíz.

Literatura Gay / LGBT+: Generalmente, busca explorar la identidad. A menudo, aunque no siempre, está escrita por autores queer y también se centra en la experiencia de ser gay en un mundo que no lo es. Busca realismo emocional y social.

Yaoi: ¿Ahora se debe llamar BL? Tampoco quiero entrar en ese debate… En fin. Nace en Japón e históricamente es un género creado por mujeres y para mujeres, lo que es genial. Su objetivo principal no es la representación fiel de la comunidad, sino la fantasía romántica y erótica. Funciona con sus propios códigos, sus propios tropos (el famoso seme/uke) y una estética… ¿particular?

Sin embrago , la diferencia clave es el objetivo. La literatura gay te invita a ponerte en los zapatos del protagonista; el Yaoi/BL a mirar a través de una ventana idealizada. Y repito, esto no es malo, solo que hay más.

Ahora, no podemos negar que el boom del Yaoi y el BL, escritos por mujeres cishetero, ha impactado masivamente en cómo se consume lo gay. ¿Ha sido bueno o malo? Pues... un poco de ambos.

Seamos justos, el BL ha hecho un enorme trabajo en normalizar el amor entre hombres para toda una generación.

Rompió el tabú: Para muchas personas jóvenes, el manga BL fue su primer contacto con la idea de que dos chicos pueden besarse y enamorarse.

El derecho al final feliz: La literatura gay clásica solía ser trágica (el sida, la homofobia, el suicidio). El BL trajo azúcar, flores y muchos colores, y la garantía de que el amor triunfa. O no.

Pero también tiene su lado negativo. Aquí es donde deberíamos ser críticos y directos. Cuando el BL se confunde con la realidad, surgen problemas.

Fetichización: Hay lectoras que tratan a los hombres gays reales como si fueran personajes de su manga favorito. Esperan que se comporten de cierta forma «linda» o «morbosa», olvidando que son personas con derechos, no entretenimiento. A veces, es mucho más que eso, es la deshumanización y exclusión de los hombres trans gays o bisexuales, cuya identidad es vulnerada.

Roles. Los benditos roles y no de canela: El BL clásico se basa en dinámicas de poder muy rígidas, donde el grande domina y el pequeño obedece. Esto ha permeado tanto que a muchos hombres gays se les presiona para encajar en etiquetas de «Top» o «Bottom» como si fueran rasgos de personalidad, imitando una heteronormatividad que no debería existir en parejas del mismo sexo. Por no hablar de si, el cielo los perdone, son bisexuales.

Desinformación sexual: El sexo en el Yaoi desafía dolorosamente las leyes de la anatomía y la preparación. Si un chico gay joven usa el BL como educación sexual, se va a llevar una sorpresa muy desagradable en la vida real.

Ahora bien, ¿por qué es necesaria la distinción?

No se trata de demonizar nada. La fantasía es válida y necesaria. A todos nos gusta leer cosas irreales y sexys. El problema viene cuando borramos la literatura escrita sobre la realidad de los hombres gays para sustituirla únicamente por la fantasía que la industria ha creado para el consumo.

Urge distinguir y aprender respetar.

Lee BL para emocionarte con tropos imposibles y disfrutar del romance en su estado más puro, tóxico, candente, fantástico…

Lee Literatura Gay para entender, para conectar con la humanidad, la cultura y la diversidad real de la experiencia masculina.

Ambos tienen espacio en tu estantería, pero por favor, no los etiquetemos igual.

¿Yyyy tú qué opinas? ¿Crees que el auge del BL ha ayudado a la comunidad o ha creado estereotipos difíciles de romper?

¡Te leo en los comentarios!