Más que una lección: Por qué necesitamos a la mujer trans en el Dark Romance

L R. Jeffers
25 nov
4 Min. de lectura

Hola a todos. Hoy quiero que nos preparemos un café o una copa de vino y hablemos de algo que me ha estado rondando la cabeza cada vez que entro a Wattpad, Kindle o cualquier otra página de lectoescritura, incluso cuando paseo por la sección de romántica de una librería.

Los lectores de romance… bueno, amamos el romance. Nos gusta la tensión, el primer beso, el conflicto y, por supuesto, el maravilloso «vivieron felices para siempre» ¿O tal vez no? En mi caso, he descubierto que me encantan los finales abiertos y un poco trágicos. Pero la cuestión es que, si miramos de cerca, especialmente en los subgéneros más intensos como el Dark Romance —Mafia, Paranormal o hasta lo más vainilla—, hay una figura que brilla por su ausencia o, peor aún, por su mala representación: la mujer transgénero.

Y, por favor, es momento de hablar claro, es necesario admitir que algo está pasado. Y sí, necesitamos romper el molde.

¿Por qué? Pues aquí te lo cuento.

Si eres amante del romance, sabes que la diversidad ha avanzado. Vemos más historias queer lejos de la homoerótica (por favor, por favor, por favor, no confundamos esto con el BL/GL ni muchísimo menos con el Yaoi/Yuri, de lo que probablemente hablaremos después), hay mayor representación racial y corporal. Sin embargo, la mujer trans a menudo queda relegada a dos papeles en la ficción: la víctima trágica o el objeto de fetiche.

En el romance tradicional, a veces aparecen, pero ¿en el Dark Romance? Ese subgénero donde los antihéroes son moralmente grises, posesivos, intensos e imparables... ahí el silencio es abrumador. Y si hay silencio, es porque hay miedo o peor aún, desinterés.

¿Y por qué querríamos representación en un género que trata sobre obsesión, peligro y dinámicas de poder «cuestionables»?

Porque las mujeres trans también merecen ser las protagonistas de la fantasía. Lejos del morbo, la ridiculización y la eterna tragedia.

El Dark Romance es, ante todo, una fantasía de poder y deseo desmedido. Es la fantasía de ser tan irresistible que alguien quemaría el mundo por ti. ¿A quién no le gustaría eso, en serio? Es lo único que deseamos mientras leemos estos tópicos. Y, no obstante, al excluir a las mujeres trans de estas narrativas, implícitamente estamos diciendo que ellas no son «aptas» para ser amadas con esa intensidad. Que no son dignas de la protección a veces retorcida del protagonista de turno.

¿Por qué el Dark Romance específicamente?

Creo que podría resumirse así.

1. Validación del deseo

Ver a una heroína trans siendo el objeto de deseo absoluto, no como un experimento o un secreto vergonzoso, sino como la reina por la que el protagonista se arrodilla, es revolucionario. Es validar su feminidad en un espacio en el que históricamente se las ha marginado.

2. Escapismo seguro

Las mujeres trans enfrentan peligros reales y sistémicos en su día a día. La ficción, y en especial el romance oscuro, ofrece un espacio seguro para explorar el miedo y el peligro con la garantía de un final feliz. Leer sobre una heroína con la que realmente puedan identificarse, que enfrenta la oscuridad y sale victoriosa y amada podría ser una forma de catarsis.

3. Romper los tropos

El Dark Romance a menudo se apoya mucho en el tropo de breeding o embarazo, lo cual está perfecto. Honestamente, me encanta tanto leerlo como escribirlo. Aun así, creo que incluir mujeres trans es una forma de creatividad, lleva a buscar la intimidad, la posesión y el legado en lugares más profundos que la simple biología. Enriquece el género, no lo limita.

La verdad es que no queremos fetiches, queremos protagonistas.

Hay que decirlo: no necesitamos más libros donde la mujer trans sea un fetiche. Ni historias donde su identidad sea el único conflicto. No es que esté mal, es que hay más. Muchísimo más. Por supuesto, ser trans siempre representará un conflicto y es necesario tocar el tema: la transición, las dificultades, los sufrimientos… ¿Pero y si también mostramos la otra cara de la moneda?

Contar historias donde ella sea trans, punto. Y que el conflicto sea que la mafia rival la persigue, o que su jefe multimillonario es un acosador obsesivo, o cualquier trama loca que nos guste leer. Verlas ser amadas, protegidas y deseadas con la misma ferocidad con la que se ama a cualquier otra protagonista.

Finalmente, solo resta decir que la literatura romántica es un espejo de nuestros deseos. La ficción es un reflejo de la realidad y es hora de que haya un espacio para todas las mujeres.

Necesitamos más mujeres trans en el centro del huracán del Dark Romance. Porque todas merecen su «felices para siempre», incluso si el camino para llegar a él está lleno de clavos ardientes, espinas, sombras, demonios y un poco de caos.